CorSalud 2014 Ene-Mar;6(1):36-46



ARTÍCULO ORIGINAL

VALORACIÓN CLÍNICA Y ANGIOGRÁFICA DE LA REESTENOSIS DEL STENT CORONARIO CONVENCIONAL


Dr. Max G. Sánchez Manzanaresa*, MSc. Dr. Francisco L. Moreno-Martínezb, MSc. Dr. Iguer F. Aladro Mirandab, Dr. Luis F. Vega Fleitesb, MSc. Dr. Rosendo S. Ibargollín Hernándezb, Dr. José R. Nodarse Valdiviab, Dr. Norge R. Lara Pérezb, Dr. Alejandro Agüero Sánchezb, Dr. Reinaldo C. Gavilanes Garcíac, Dra. Lill D. Vega Plác, Dr. Leonardo Pérez Gonzálezc, MSc. Maribel I. Noda Valledord, Dr. Ricardo Oroz Morenoe y Lic. Wanda Báez La Rosaf
______________

  1. Hospital Universitario "Arnaldo Milián Castro". Villa Clara, Cuba.

  2. Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista. Cardiocentro "Ernesto Che Guevara". Villa Clara, Cuba.

  3. Facultad de Medicina. Universidad de Ciencias Médicas "Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz". Villa Clara, Cuba.

  4. Facultad de Enfermería. Universidad de Ciencias Médicas "Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz". Villa Clara, Cuba.

  5. Facultad de Medicina. Universidad de Navarra. Pamplona, España.

  6. Dirección Municipal de Salud de Santa Clara. Villa Clara, Cuba.

 *   Graduado de la Escuela Latinoamericana de Medicina en Villa Clara, Cuba.


Correspondencia: MG. Sánchez Manzanares. Hospital Manolo Morales Peralta. Pista Portezuelo s/n. Managua, Nicaragua.
Correo electrónico: corsalud@infomed.sld.cu



Resumen

Introducción: La cardiopatía isquémica es la principal causa de muerte en Cuba. La angioplastia coronaria con stent es una excelente opción terapéutica, pero la reestenosis ensombrece su pronóstico y es mucho más frecuente con el uso de stents convencionales. Objetivo: Caracterizar clínica y angiográficamente la reestenosis del stent coronario convencional. Método: Se realizó un estudio descriptivo y transversal en los 59 pacientes con diagnóstico de reestenosis del stent coronario convencional confirmado por angiografía en la Unidad de Cardiología Intervencionista del Cardiocentro "Ernesto Che Guevara" de Villa Clara, Cuba, durante el período febrero 2010 – abril 2012. Las variables analizadas fueron edad, sexo, factores de riesgo coronario, historia previa de angina o infarto, vaso afectado, tipo de reestenosis y de lesión tratada, diámetro del vaso y longitud de la lesión. Resultados: Predominaron los pacientes del sexo masculino (76,3 %), con edades comprendidas entre 60-69 años (40,7 %). Los factores de riesgo más frecuentes fueron la hipertensión arterial (76,3 %), el hábito de fumar (37,3 %) y la diabetes mellitus tipo II (33,9 %). El vaso más afectado fue la descendente anterior (59,3 %), los diámetros arteriales eran predominantemente ≤ 2,5 mm (54,2 %) y la longitud de las lesiones > 20 mm (66,1 %). Las lesiones tipo B (52,5 %) y la reestenosis focal (57.6 %) fueron más frecuentes. Conclusiones: Los pacientes con reestenosis eran predominantemente hombres, entre 60-69 años de edad, con antecedentes de hipertensión arterial, tabaquismo y diabetes mellitus tipo II. La enfermedad de la descendente anterior, el diámetro del vaso ≤ 2,5 mm, la longitud de las lesiones > 20 mm, la lesión coronaria tipo B y la reestenosis focal fueron más frecuentes.
Palabras clave: Cardiopatía isquémica, Angioplastia coronaria, Stent convencional, Reestenosis, Factores de riesgo


Clinical and angiographic assessment of coronary bare-metal stent restenosis

Abstract

Introduction: Ischemic heart disease is the leading cause of death in Cuba. Coronary angioplasty with stenting is an excellent treatment option, but restenosis overshadows its prognosis and is more common with the use of bare metal stents. Objective: To characterize restenosis after coronary bare metal stent from the clinical and angiographic points of view. Method: A descriptive cross-sectional study was conducted in 59 patients with a diagnosis of restenosis after coronary bare metal stent confirmed by angiography in the Interventional Cardiology Unit of Cardiocentro Ernesto Che Guevara of Villa Clara, Cuba, from February 2010 to April 2012. The variables analyzed were age, sex, coronary risk factors, previous history of angina or heart attack, vessel involved, type of restenosis and treated lesion, vessel diameter and lesion length. Results: Predominance of male patients (76.27 %), aged 60-69 years (40.66 %). The most common risk factors were hypertension (76.27 %), smoking (37.28 %) and type II diabetes mellitus (33.89 %). The most affected vessel was the left anterior descending (28.81 %), arterial diameters were predominantly ≤ 2.5 mm (54.2%) and lesion length > 20 mm (65, 97). Type B injuries (52.5) and focal restenosis (57.62 %) were more frequent. Conclusions: Patients with restenosis were predominantly male, between 60-69 years old, with a history of hypertension, smoking and diabetes mellitus type II. Left anterior descending disease, diameter ≤ 2.5 mm, lesion length > 20 mm, type B coronary lesion and focal restenosis were more frequent.
Key words: Coronary artery disease, Angioplasty, Bare metal stent, Restenosis, Risk factors



Introducción

La cardiopatía isquémica es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en el mundo. En Cuba representa alrededor del 75 % de las enfermedades cardiovasculares y cerca del 25 % de la mortalidad general1. Su causa principal es la aterosclerosis coronaria que es una enfermedad multifactorial y aparece por la asociación de varios factores de riesgo coronario (FRC) que producen alteraciones del endotelio vascular, lo cual genera la acumulación de lípidos, macrófagos, plaquetas y linfocitos T en el espacio subintimal y estimulan la migración y proliferación de células musculares lisas, con formación de matriz extracelular, que originan la placa de ateroma2-4.
Estas placas, que pueden tener diferentes dimensiones, tienen grados concomitantes de obstrucción arterial (total o parcial), pueden ser vulnerables o no, y dan lugar a los estadios correspondientes de la expresión clínica de la enfermedad4,5.
La angioplastia coronaria transluminal percutánea (ACTP) es una excelente opción terapéutica para los pacientes con angina de esfuerzo estable crónica o cualquier tipo de síndrome coronario agudo. Esta modalidad terapéutica, con implantación de stent, ha permitido reducir la mortalidad por infarto agudo de miocardio (IAM) y mantener la permeabilidad del vaso afectado, al garantizar el soporte mecánico que impide el retroceso elástico de la pared de la arteria tratada, con la consecuente disminución de la recurrencia de isquemia y de la aparición de arritmias cardíacas; todo esto con una corta estadía hospitalaria6,7.
Desde que se comenzaron a utilizar los primeros stents de Palmaz Schatz, a finales de los ’80 hasta la actualidad, las transformaciones en sus estructuras han sido impresionantes, como muestra de la evolución a nuevas y más perfeccionadas formas geométricas, con menor cantidad de material en su estructura metálica, que no debilite su fuerza radial y además mantenga e incluso incremente, su flexibilidad, todo lo cual le confieren características cada vez mejores para favorecer su implantación en arterias cada vez más tortuosas y distales6-9.
Simultáneo a este perfeccionamiento, han aparecido y se han desarrollado los stents farmacoactivos, que sobre su estructura metálica tienen un polímero donde se asienta una sustancia antiproliferativa (sirolimus o paclitaxel y sus análogos) que reduce significativamente el riesgo de reestenosis. Pero su elevado costo impide una amplia utilización en países subdesarrollados como Cuba, donde solo se han informado pocas series de pacientes con este tipo de dispositivos, y donde predomina el uso de stents convencionales9.
La reestenosis se presenta generalmente en los primeros 6 meses después de realizada la ACTP y su frecuencia ha oscilado desde 30-45 % en sus inicios hasta 15-20 % en la era actual9-11.
La implantación del stents coronario ha contribuido a mejorar la tasa de reestenosis al controlar dos de los componentes de la respuesta vascular: el retroceso elástico precoz y la constricción vascular tardía. Sin embargo, la proliferación intimal parece estar exacerbada tras la implantación del stents. Los factores predictivos más frecuentemente asociados son la diabetes mellitus, una mayor longitud de la lesión tratada, antecedentes de revascularización previa (tanto percutánea como quirúrgica), un menor diámetro de referencia del vaso, la localización en la arteria descendente anterior y un menor diámetro luminal al final del procedimiento12,13.
El objetivo de esta investigación fue caracterizar la reestenosis del stent coronario convencional respecto a variables clínicas y angiográficas.


Método

Se realizó un estudio descriptivo y transversal en 59 pacientes con diagnóstico de reestenosis del stent coronario en la Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del Cardiocentro "Ernesto Che Guevara" de Santa Clara, en Villa Clara, Cuba, durante el período de febrero de 2010 a abril de 2012.

Criterios de inclusión
Se incluyeron a todos los pacientes con enfermedad coronaria, sometidos a ACTP en el período señalado que presentaron reestenosis del stent coronario.

Descripción de la técnica
Se realizó coronariografía diagnóstica convencional por vía femoral a los 59 pacientes a los que se las había demostrado isquemia miocárdica en cualquiera de los exámenes habituales para este fin. Se realizó entonces ACTP sobre la marcha. El procedimiento de implantación del stent fue guiado por el análisis visual de los angiogramas. Una vez iniciada la ACTP se administró un bolo de heparina sódica no fraccionada a razón de 100 UI/kg. Se pasó la guía de ACTP y sobre ella el stent hasta colocarlo en el sitio de la lesión, su expansión completa se alcanzó con el inflado del globo a presiones iguales o mayores a 14 atmósferas, en dependencia del diámetro del vaso y de la dureza de la lesión.

Recolección de la información
El dato primario fue recopilado mediante un cuestionario confeccionado al efecto, a través de la entrevista, la historia clínica de los pacientes y los informes de la Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista. Las variables fueron: edad (en años cumplidos), sexo (femenino o masculino), FRC (hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipidemia, hábito de fumar, obesidad)2,4,14,15, historia previa de angina o IAM, vaso afectado (descendente anterior, circunfleja, coronaria derecha), tipo de reestenosis (focal o difusa)12,16,17, diámetro del vaso y longitud de la lesión (en milímetros), y tipo de lesión (A, B, C )17.

Análisis estadístico
Los datos recolectados fueron introducidos y procesados en el paquete de programas estadísticos SPSS, versión 15.0. Se determinaron frecuencias absolutas (número de casos) y relativas (porcentajes).
Para el análisis e interpretación de los resultados se utilizaron técnicas estadísticas acorde al diseño de un estudio descriptivo, las que incluyeron prueba de homogeneidad de grupos independientes y prueba de bondad de ajuste para la comparación de porcentajes, basada en la distribución Chi-cuadrado.
Como resultado de estas pruebas de hipótesis estadísticas se presentó el valor del estadígrafo correspondiente para su significación p. De acuerdo al valor de p se clasificó la diferencia o asociación en significativa (p < 0.05) y no significativa (p ≥ 0.05)

Consideraciones bioéticas
Aunque no se requirió información de identidad de pacientes o familiares, la investigación cumplió con los 5 principios éticos y se garantizó el carácter confidencial de los datos. Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Investigación del Cardiocentro Ernesto Che Guevara.


Resultados

La distribución de los pacientes según sexo y grupos de edad (Tabla 1), demuestra que hay un predominio del sexo masculino con un total de 45 pacientes (76,3 %), y el grupo de edad más afectado fue entre 60-69 años (40,7 %). Solo 14 mujeres (23,7 %) presentaron reestenosis, sin un claro predominio entre los grupos de edad. A pesar de que hubo tres veces más hombres que mujeres, no hubo diferencias significativas de manera general (p=0.683).


Tabla 1. Distribución de pacientes, según sexo y grupos de edad.

Tabla 1


El factor de riesgo coronario más frecuente fue la hipertensión arterial (Gráfico 1), presente en 45 de los pacientes estudiados (76,3 %), seguida por el hábito de fumar (37,3 %), la diabetes mellitus (33,9 %), la dislipidemia (16,9 %), y en menor porcentaje la obesidad (6,8 %). No hubo diferencias significativas con respecto a su distribución por sexo.


Gráfico 1

Gráfico 1. Factores de riesgo coronario.


Al distribuir a los pacientes según sexo y tipo de cardiopatía isquémica (Gráfico 2), se observa que predominaron el infarto antiguo (28 hombres y 8 mujeres) y la angina de esfuerzo estable (24 hombres y 11 mujeres). Una minoría de casos había padecido un infarto reciente. Es evidente el predominio del sexo masculino en todos los tipos de enfermedad isquémica estudiada.


Gráfico 2

Gráfico 2. Distribución de los pacientes, según sexo y tipo de cardiopatía isquémica.


En el gráfico 3 se aprecia que la reestenosis afectó más a la arteria descendente anterior (59,3 %), seguido de la coronaria derecha (23,7 %) y la circunfleja (16,9 %); con diferencias significativas (p= 0.042). Y los tipos de lesión tratada sobre la que se produjo la reestenosis fueron, por orden de frecuencia, B (52,5 %), C (28,9 %) y A (18,6 %).
Otros datos reflejan que los segmentos más afectados fueron el medio de la arteria descendente anterior (28,8 %), seguido del proximal de la coronaria derecha (14,6 %), y el distal de la arteria circunfleja (11,3 %).


Gráfico 3

Gráfico 3. Arterias afectadas y tipo de lesión coronaria.


Predominaron el diámetro del vaso ≤ 2,5 mm y longitud de la lesión > 20 mm (42,4 %), seguido de diámetro de 2,6 – 3,0 mm y > 20 mm de longitud de lesión (18,6 %), donde se encontraron diferencias significativas p=0.028 (Tabla 2). Nótese que no existieron pacientes con lesiones pequeñas y buen calibre del vaso.


Tabla 2. Distribución de pacientes, según diámetro del vaso y longitud de lesión.

Tabla 2


Al relacionar los grupos de edad y el tipo de reestenosis (Tabla 3) no encontramos diferencias significativas (p=0.937). Hubo un predominio de la reestenosis focal con un total de 34 pacientes (57,6 %), y con mayor frecuencia fue afectado el grupo etario de 60-69 años (40,6 %), seguido del grupo de 50-59 (27,1 %).


Tabla 3. Distribución de pacientes, según edad y tipo de reestenosis.

Tabla 3


La asociación entre el tipo de reestenosis y los FRC (Tabla 4) tampoco mostró diferencias significativas (p=0.561). Los porcentajes fueron similares en los FRC evaluados excepto en pacientes con dislipidemia, donde predominó la reestenosis focal (8 pacientes de 10), lo que representó el 13,6 % del total de pacientes y el 80 % de los que presentaron este trastorno lipídico.


Tabla 4. Distribución de pacientes, según factores de riesgo y tipo de reestenosis (n=59).

Tabla 4


De los 59 pacientes con reestenosis, solo se logró realizar la nueva revascularización percutánea a 28 pacientes, 17 con ACTP-stent (stent-intrastent) y 11 con ACTP-globo. De los 31 restantes, 28 fueron remitidos a cirugía y 3, debido a las comorbilidades y al elevado riesgo prequirúrgico, se mantuvieron con tratamiento farmacológico, en espera de la implantación de un stent farmacoactivo.


Discusión

El predominio del sexo masculino puede atribuirse al reducido tamaño muestral, pues aunque la cardiopatía isquémica predomina en los hombres en edades más tempranas, esta diferencia se equipara a medida que avanza la edad, después que la mujer pierde la protección estrogénica. Respecto al grupo de edad que predominó, nuestros resultados se corresponden con la literatura18-20, pues esta enfermedad es más frecuente en los pacientes mayores de 60 años. De hecho, la mayoría de los casos nuevos se observan por encima de los 65 años, sobre todo en el sexo femenino20,21.
La cardiopatía isquémica en la mujer tiene una incidencia similar a la del hombre, pero con 6 a 10 años de retraso, de modo que a partir de los 70-75 años es esencialmente la misma. Este hecho, reconocido desde la década del ’50, ha hecho considerar la hipótesis del efecto protector de los estrógenos22,23.
En un estudio realizado en el Hospital “Hermanos Ameijeiras”, de La Habana, Cuba, con el objetivo de caracterizar el comportamiento de las diferentes variables de reestenosis clínica, se encontró que el sexo masculino y el grupo de edad de 50 a 59 años, fueron los más afectados17. Estudios previos han señalado que el sexo masculino es un factor independiente de mal pronóstico24.
La HTA es un importante FRC y pudiera ser un factor contribuyente en la reestenosis del stent, que es el talón de Aquiles de la Cardiología intervencionista9. En esta investigación se observa una alta prevalencia de HTA, que se ajusta al perfil epidemiológico de la población cubana actual y a la frecuente asociación de esta enfermedad con la aterosclerosis coronaria9,17.
La diabetes mellitus ha sido el factor predictivo clínico más descrito, por una respuesta hiperplásica mayor de la pared vascular25-27, pero este hecho no se corresponde con nuestros resultados, lo cual también se atruyen al reducido tamaño muestral y a que muchos de los pacientes diabéticos son remitidos a cirugía. Muchos de los mecanismos descritos, que favorecen tanto la reestenosis como la progresión de la enfermedad coronaria en los diabéticos, dependen de la hiperglucemia y de la coexistencia de otros factores de riesgo27,28. Sin embargo, en el estudio de Jiménez-Quevedo et al.29, la diabetes no se asoció de forma significativa con la reestenosis. Otros estudios indican que en los diabéticos insulinodependientes es frecuente la reestenosis; pues, de forma general, estos pacientes presentan enfermedad difusa y de vasos pequeños29-30.
López y Cortés-Bergoderi31 no encontraron que la dislipidemia y la obesidad constituyeran variables clínicas significativas de reestenosis. Sin embargo, otro estudio de predictores clínicos32 encontró que de los pacientes con reestenosis, 21,6 % eran diabéticos; 59,2 %, hipertensos; 25,5 %, dislipidémicos y 37,5 %, fumadores activos.
Aunque la obesidad representa un factor de riesgo independiente de enfermedades cardiovasculares, no se ha encontrado su relación con la reestenosis31, lo que coincide con nuestros resultados.
Los hallazgos de este estudio sobre la prevalencia de FRC concuerdan con otras investigaciones nacionales e internacionales9,24,30,33-36. La HTA constituye un problema de salud mundial, en Cuba es alta su prevalencia en pacientes a quienes se les ha realizado coronariografía9. Según Byrne et al.37, los sucesos cardíacos posteriores a una angioplastia coronaria exitosa son más frecuentes en hipertensos; y según Alonso Martín et al.38, la HTA y la diabetes tipo II frecuentemente coexisten, con una prevalencia de HTA en los diabéticos de aproximadamente el doble que en los no diabéticos. Ambos FRC estimulan la disfunción endotelial (proceso fundamental que los relaciona con la reestenosis)9,39,40. Los diabéticos tipo II, pueden tener una probabilidad de 50 % o más de reestenosis angiográfica, por lo que se ha establecido que esta enfermedad es un factor de riesgo mayor e independiente para el desarrollo de esta complicación41,42.
La mayoría de los casos de Silber et al.43 fueron remitidos por angina inestable y muchos de ellos presentaban asociación de tres o más FRC. Ximenes Meireles et al.44 observaron que el antecedente de IAM estuvo presente en el 18,4 % de sus pacientes, la angina estable en 43,3 %; y 68,1 % pertenecía al sexo masculino. Y en un estudio realizado en Cuba, sobre el seguimiento de pacientes con stent Firebirg30, de los 52 pacientes incluidos, hubo un franco predominio del sexo masculino y del antecedente de IAM.
En los estudios de López Pérez et al.30 y Byrne et al.37, predominaron las lesiones complejas (B y C), lo que coincide con nuestros resultados. La incidencia de reestenosis está íntimamente relacionada con la ACTP y el tipo de lesión coronaria tratada, los criterios establecidos en las guías del Colegio Estadounidense de Cardiología y la Asociación Estadounidense del Corazón señalan éxito moderado (60-85 %) en las lesiones tipo B y escaso (<60 %) en las de tipo C45-47, aunque se debe reconocer que actualmente se tratan con éxito la mayoría de las oclusiones totales crónicas que se abordan, así como las lesiones largas, anguladas y muy calcificadas, pues los avances tecnológicos y la aparición de nuevos dispositivos intravasculares han favorecido nuestro trabajo.
Valencia et al.48 estudiaron pacientes con estenosis de la arteria descendente anterior tratados con stents y la tasa de nueva revascularización fue baja; sin embargo, se conoce la predisposición de esta arteria a la reestenosis; por lo que la afectación de su segmento proximal representa un subgrupo especial de pacientes. Estudios in vivo, con ultrasonido intravascular, han demostrado una afección predominantemente excéntrica de este tipo de lesiones43,48. Las más tratadas en nuestro estudio fueron las del segmento medio, con longitud > 20 mm. Es evidente que la ausencia de pacientes con lesiones menores de 10 mm en nuestra serie se deba a que, independientemente al calibre del vaso, las lesiones muy cortas tienen pocas probabilidades de reestenosis.
Otros factores anatómicos se han asociado a un riesgo elevado de esta complicación. Diversos estudios han identificado una relación entre la oclusión total y la estenosis grave previa a la angioplastia con la aparición de reestenosis después del procedimiento. Asimismo, se ha relacionado con las lesiones largas, excéntricas, de localización proximal, calcificadas, bifurcadas y ostiales43,49.
González et al.17, describen lesiones de localización predominantemente ostial y en la arteria descendente anterior. Astin y Jones50, al estudiar la evolución de las lesiones bifurcadas, demostraron que la expansión del stent fue menor en la rama, con mayor hiperplasia neointimal en el ostium que en su segmento distal o en el vaso principal; además, plantearon que un área luminal mínima inferior a 4,8 mm2 en el ostium de la rama tras la ACTP, con un crecimiento neointimal posterior, hace que ese sea el lugar más frecuente de reestenosis.
Al relacionar el diámetro del vaso y la longitud de la lesión, se encontró asociación significativa, lo que coincide con múltiples investigaciones18,41,51-55, pues se reconoce que estas situaciones son predictoras de reestenosis. El menor tamaño del vaso y la mayor longitud de la lesión son factores de riesgo independientes de reestenosis53,54. Esta relación disminuye, pero no desaparece con la utilización de los stents farmacoactivos10,11,56-59.
Según Serruys et al.60, del 10-30 % de las lesiones difusas, mayores de 20 mm, necesitan de una nueva intervención en el seguimiento, y Planas-del Viejo et al.58 informan que más del 30 % de las lesiones comúnmente tratadas mediante ACTP corresponden a enfermedad de vasos pequeños.
Con la experiencia actual ha quedado claro que el diámetro del vaso y la longitud de la lesión son poderosos predictores de reestenosis23,44,61.
No se ha establecido relación con la edad. Tampoco en nuestro estudio se encontró ninguna asociación; sin embargo, en dependencia del tipo de lesiones y las comorbilidades del paciente se presentarán tipos diferentes de reestenosis, aunque según Byrne et al.37 y Ximenes Meireles et al.44 predomina el patrón focal.
El hecho de que en esta investigación solo se realizara la nueva revascularización percutánea a 29 pacientes se explica por la poca disponibilidad de stents farmacoactivos (no se debe tratar la reestenosis de un stent convencional con otro de iguales características), y los favorables resultados de la cirugía coronaria en el hospital donde se realizó el estudio.
Múltiples factores se han asociado a la incidencia de reestenosis, entre ellos tenemos factores clínicos (diabetes mellitus, angina inestable, reestenosis previa); angiográficos (segmento proximal de la descendente anterior, diámetro pequeño del vaso, oclusión total, enfermedad ostial, bifurcaciones, lesión larga, injerto de vena safena); relacionados con el procedimiento (importante estenosis residual, menor diámetro luminal mínimo, menor ganancia aguda posprocedimiento, comportamiento reestenótico previo) y factores genéticos47,49,59,62-68.
Ya se investigan nuevos fármacos antiproliferativos con el fin de disminuir la reestenosis, stents con sistemas liberadores selectivos y la posibilidad de suministrar diferentes medicamentos, y stents biodegradables. Sin dudas, el desarrollo futuro de estos dispositivos es amplio y de seguro redundarán en beneficio de los enfermos.


Conclusiones

Los pacientes con reestenosis eran predominantemente hombres, entre 60-69 años de edad, con antecedentes de hipertensión arterial, tabaquismo y diabetes mellitus tipo II. La enfermedad de la descendente anterior, el diámetro del vaso ≤ 2,5 mm, la longitud de las lesiones > 20 mm, la lesión coronaria tipo B y la reestenosis focal, fueron más frecuentes.


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Recibido: 14 de agosto de 2012
Modificado: 21 de mayo de 2013
Aceptado: 13 de junio de 2013



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