CorSalud 2012;4(2) |
ARTÍCULO DE REVISIÓN
RIESGO
DE ARRITMIAS E HIPERTENSIÓN ARTERIAL
Por:
MSc.Dr. Elibet Chávez
González1, Lic. Raimundo Carmona Puerta2
______________
1. Especialista de I Grado en Medicina General
Integral y Cardiología. Máster en Urgencias Médicas. Asistente. Correo electrónico:
elibet@capiro.vcl.sld.cu
2.
Especialista de II Grado en Fisiología Normal y Patológica. Asistente.
Servicio
de Electrofisiología Cardíaca y Estimulación. Cardiocentro “Ernesto Che Guevara”, Cuba.
Resumen
La mayor
prevalencia de fibrilación auricular se duplica en pacientes con cardiopatía
hipertensiva. En el estudio Framingham se encontraron como factores de riesgo:
la hipertensión, la máxima duración y dispersión de la onda P del electrocardiograma,
el tamaño de la aurícula y la masa ventricular izquierda. El sistema renina-angiotensina-aldosterona
es responsable de la inflamación y los cambios estructurales que justifican la
aparición de arritmias en el paciente hipertenso. La presencia de arritmias ventriculares, desde complejos
ventriculares prematuros hasta la taquicardia ventricular, se ha demostrado entre
un 10 - 27 % en los pacientes afectados, porcentaje que disminuye mientras más grave
es la arritmia. Se han resumido los siguientes
marcadores incruentos de riesgo para presentar arritmias ventriculares:
dispersión y variabilidad del intervalo QT, presencia de potenciales tardíos,
variabilidad de la frecuencia cardíaca, y morfología anormal y alternancia de
la onda T. Todos ellos relacionados con cambios anátomo-estructurales
de la pared ventricular, que afectan el potencial de acción. La
importancia de conocer la epidemiología, fisiopatología, y los marcadores
incruentos de riesgo de presentar arritmias en el paciente hipertenso, ofrece
un camino para la aplicación de una correcta terapéutica en el control de las cifras de presión arterial y regresión de la hipertrofia,
como lo han demostrado los fármacos inhibidores del sistema
renina-angiotensina-aldosterona, que disminuyen el riesgo de arritmias.
Abstract
The higher prevalence of atrial fibrillation is doubled in patients with
hypertensive heart disease. In the Framingham study, the following
risk factors were found: hypertension, maximum P wave duration and dispersion
of the electrocardiogram, atrial size and left ventricular mass. The
renin-angiotensin-aldosterone system is responsible for the inflammation and
the structural changes that justify the development of arrhythmias in
hypertensive patients. The presence of ventricular arrhythmias, from premature
ventricular complexes to ventricular tachycardia, has been shown in a 10 to 27%
of affected patients, a percentage that decreases with the severity of the
arrhythmia. Noninvasive risk markers for ventricular arrhythmias have been
summarized as follows: dispersion and variability of the QT interval, presence
of late potentials, heart rate variability, abnormal morphology and T-wave alternans. All of these are related to anatomic-structural
changes of the ventricular wall, which affect the action potential. The
importance of knowing the epidemiology, pathophysiology, and noninvasive risk
markers for arrhythmias in hypertensive patients, offers a way for the
application of the proper therapeutic in the control of blood pressure and
regression of hypertrophy, as has been shown by inhibitor drugs of the
renin-angiotensin-aldosterone system, which decrease the risk of arrhythmias.
Palabras
clave: HIPERTENSIÓN ARRITMIAS
CARDÍACAS FIBRILACIÓN
ATRIAL FACTORES
DE RIESGO |
Key words: HYPERTENSION; ARRHYTHMIAS, CARDIAC ATRIAL FIBRILLATION RISK FACTORS |
Introducción
La
hipertensión arterial (HTA) mantenida genera la hipertrofia ventricular
izquierda (HVI), esta a su vez, afecta la función ventricular, aumenta el
consumo de oxígeno miocárdico, y produce arritmias cardíacas que llegan,
algunas de ellas (fibrilación auricular y taquicardias ventriculares malignas),
a producir muerte súbita1-5. La fibrilación auricular (FA),
convertida en una epidemia de la arritmología, fue
estudiada por Kannel y colaboradores6, quienes basados en una
cohorte del estudio Framingham, demuestran que solo
Arritmias
supraventriculares en el hipertenso
Epidemiología
En el paciente que padece de HTA, es frecuente encontrar
complejos auriculares prematuros y se incrementa el riesgo de padecer
fibrilación auricular, fundamentalmente en los mayores de 65 años9.
La mayor prevalencia de fibrilación auricular se duplica
en pacientes con cardiopatía hipertensiva. En el estudio Framingham se
encontraron como factores de riesgo: la hipertensión, la máxima duración y
dispersión de la onda P del electrocardiograma, el tamaño de la aurícula y la
masa ventricular izquierda. También se demostró que la complejidad de la extrasistolia ventricular aumentaba a medida que lo hacía
el grosor de la pared ventricular9.
Del Corral Beamonte
et al.10, realizaron
un estudio en el período comprendido octubre-diciembre de 2002, donde
atendieron 116 pacientes, cuyo primer diagnóstico fue el de fibrilación
auricular, de ellos el 65,5 % presentaban el antecedente de FA, y un 83,4 %
eran hipertensos.
Las personas hipertensas tienen más probabilidades de
presentar FA que los normotensos, e inversamente,
entre los pacientes con fibrilación auricular, el 57 % son hipertensos11.
Fuster y colaboradores14
hacen referencia a la asociación entre la obesidad y la fibrilación auricular, pues
ya es conocida la relación entre los índices de masa corporal (IMC) elevados y
El
envejecimiento se asocia con el aumento de la prevalencia de fibrilación
auricular. En la población de Estados Unidos, se estima que 3
millones de sujetos padecerán FA en 2020, cifra que se elevará a 5,6 millones e
el 2050. Otro estudio epidemiológico más reciente, en este mismo país, estima
que serán cerca de 16 millones los sujetos que padecerán fibrilación auricular
en el año 2050. Esta discrepancia tan sorprendente en las cifras estimadas
puede explicarse por la inclusión, en el segundo estudio15, de pacientes con fibrilación auricular paroxística y
de fibrilación asintomática. En ambos estudios se tiene en cuenta no sólo el
crecimiento de la población senil, sino también el incremento en la prevalencia
de la arritmia que se está constatando en los últimos años16,17.
Fisiopatología
Los
efectos de la angiotensina II dependen de su unión a receptores para esta
sustancia, AT1y AT2, descritos por Bumpus y colaboradores18,
desde 1991. En algunos tipos de células, la activación del receptor AT1
estimula el crecimiento celular (vascular y cardíaco), en parte por la
activación de la proteína cinasa, activadora de mutagénesis (MAP cinasa); esto
último lleva a la expresión de diversos protooncogenes,
en particular c-fos
y c-jun. El FOS y el JUN,
productos codificados por los protooncogenes antes
mencionados, que forman un heterodímero llamado AP1
que regula la transcripción de varios genes comprendidos en el crecimiento
celular, inclusive varios de ellos codifican factores de crecimiento [factor de
crecimiento de fibroblasto básico (bFGF), factor de
crecimiento derivado de plaquetas (PDGF) y factor de crecimiento transformador-β
(TGF-β)]. Además, esta vía de estimulación del receptor AT1 lleva al
aumento de proteínas de la matriz extracelular, como el aumento del colágeno,
la fibronectina y la tenascina19. También es conocido que la estimulación de AT1
produce, retención de sodio, aumento de la actividad simpática,
vasoconstricción y actividad aumentada de la aldosterona y la vasopresina. En
pacientes hipertensos con FA se ha demostrado una regulación por incremento de
AT1 y por disminución de AT2. Además, la angiotensina II produce proliferación
de fibroblastos y aumento de la matriz extracelular a partir de la activación
de proteínas quinasas, unido a la actividad inflamatoria incrementada, e
inducida por especies reactivas de oxígeno, citocinas
y moléculas de adhesión. La inhibición experimental de angiotensina II evita la
proliferación de fibroblastos. De igual manera se ha postulado el papel proarrítmico de la angiotensina II por el incremento de los
niveles de calcio intracelular8.
Dentro de la fisiopatología de
Además de estas alteraciones electrofisiológicas,
también se ha señalado en modelos experimentales de conejo, un incremento en la
densidad de las corrientes lentas de
sodio, que ocasionan despolarizaciones tempranas de fase 2, en presencia de
hipertrofia ventricular izquierda21.
Como marcadores electrocardiográficos incruentos de
riesgo de arritmias supraventriculares, se han
descrito en la literatura, la mayor dispersión de la onda P y su mayor duración
en el electrocardiograma22,23.
Arritmias
ventriculares en el hipertenso
Epidemiología
Yildirir y colaboradores22 hacen un resumen epidemiológico de varios autores que
han demostrado una incidencia incrementada de arritmias ventriculares en
pacientes hipertensos. El uso del electrocardiograma para la detección de HVI,
no es el método ideal, algunos de estos estudios utilizaron esta herramienta
complementaria para plantear el diagnóstico de HVI. Sin embargo, en el estudio
Framingham, referido también en esa revisión, se utiliza la ecocardiografía
como prueba de referencia principal para diagnosticar
El estudio Framingham demostró en pacientes
hipertensos con CVP un incremento del riesgo de muerte en hombres 2,9 y en
mujeres, 1,6 veces. Los estudios referidos han demostrado encontrar a
Fisiopatología
Es muy probable que la arritmogenicidad
de
1.
Isquemia – Se produce
por diversos factores, como: a) un aumento de la presión al final de la
diástole del ventrículo izquierdo, con la consiguiente disminución del flujo subendocárdico y aumento retrógrado de estas presiones a la
aurícula izquierda; b) por un aumento de la resistencia vascular periférica con
la consiguiente reducción del flujo coronario; c) por una incapacidad de las
arterias coronarias para desarrollarse de forma paralela al crecimiento del
espesor del músculo cardíaco, lo que resulta en una disminución de la reserva
coronaria e isquemia crónica; d) y por el aumento de la demanda de oxígeno,
debido a un incremento en la tensión de la pared del ventrículo izquierdo.
2.
Anormalidades
electrofisiológicas – El patrón de HVI desarrollado de forma irregular, sumado
a áreas de fibrosis localizada, impide que el impulso eléctrico se propague de
forma homogénea a través del miocardio, lo que trastorna la fase de repolarización. Además, se han descrito otras alteraciones
como: a) prolongación de la duración del potencial de acción; b) reducción
importante de la velocidad inicial del potencial de acción y de la velocidad de
conducción del impulso, los cuales varían en distintas regiones del miocardio,
según el grado de hipertrofia y fibrosis, lo que crea una heterogeneidad
eléctrica y facilita los mecanismos arritmogénicos de
reentrada; c) retardo del tiempo de repolarización de
la membrana con prolongación del intervalo QT en el electrocardiograma (ECG),
d) y
3.
Anormalidades
del cardiomiocito hipertrófico – Por ejemplo, en
presencia de hipertrofia, los discos intercalados de conducción de baja
resistencia sufren cambios que aumentan la superficie de comunicación entre
célula y célula, lo cual, unido a la dilatación del sistema de túbulos
transversos está involucrado en la transmisión del potencial de acción desde la
superficie hacia el sarcómero.
4.
Fluctuaciones de
la presión arterial – Los canales de la membrana citoplasmática, activados por
el estiramiento del miocito, detectan estímulos
físicos; esto desencadena una secuencia de apertura y cierre de canales iónicos
intracelulares que afectan la estabilidad eléctrica.
5.
Aumento de la
actividad simpática – Esto provoca un efecto proarrítmico
por incremento del automatismo.
6. Desbalance electrolítico – La hipocalemia
y la hipomagnesemia, resultantes de la terapia con
diuréticos, pueden ser arritmogénicas, al aumentar el
automatismo o la actividad desencadenada, además de prolongar el intervalo QT8,26.
Yildirir y colaboradores22, al referirse a los marcadores
incruentos para detectar el riesgo incrementado de arritmias ventriculares en
el paciente hipertenso, mencionan la prolongación del intervalo QT corregido (QTc) y su variabilidad, para esta última variable asumen un
riesgo incrementado con un valor mayor de 80 milisegundos (ms). También hacen
mención a la presencia de potenciales tardíos y a la variabilidad de la
frecuencia cardíaca; esta última se encuentra disminuida en hipertensos, en
relación con grupos controles de no hipertensos, fenómeno justificado por la
alteración autonómica que acurre en
Hennersdorf y colaboradores27 encontraron en hipertensos con HVI un 33,3 % de microalternancia de la onda T, comparado con un 8,3 % en el
grupo de pacientes sin HVI. Ellos concluyen en su estudio, que la presencia de microalternancia de la onda T, constituye un factor de
riesgo incrementado de arritmias en hipertensos, y además, que en presencia de
HVI es más elevada la presencia de microalternacia de
la onda T.
Yildirir y colaboradores22 resumen los siguientes marcadores incruentos de riesgo para presentar
arritmias ventriculares, en pacientes con antecedentes de HTA: dispersión y variablidad del intervalo QT, presencia de potenciales
tardíos, variabilidad de la frecuencia cardíaca, análisis de la morfología de
la onda T (duración y asa vectocardiográfica), y por
último, alternancia de la onda T.
A pesar de todas estas descripciones, en Argentina,
Serra y Bendersky28, estudiaron
tres grupos de pacientes (con HVI patológica, con HVI fisiológica y sin HVI), y
encontraron que los marcadores eléctricos incruentos predominaron en los
pacientes con HVI de causa patológica: los potenciales tardíos positivos, 37,8 %;
la dispersión espacial del QT anormal, 18,3 %, de manera significativa; el
intervalo QTc prolongado, 21,9 %, y la media de la
dispersión (T pico-final), 48,7 ± 24,9 ms, de modo no significativo, al
compararlos con el grupo de causa fisiológica y el grupo control. Por tanto,
los marcadores eléctricos incruentos estudiados son más frecuentes en el grupo
de pacientes con HVI patológica, sin dejar de mencionar que todos los
marcadores se correlacionaron débilmente con la magnitud de la hipertrofia ventricular
(r = 0,179-0,292; p < 0,05).
Conclusiones
La
importancia de conocer la epidemiología, la fisiopatología, y los marcadores incruentos
de riesgo de presentar arritmias en el paciente hipertenso, ofrece un camino para
la aplicación de una correcta terapéutica en el control de las cifras de
presión arterial y la regresión de
Ahora bien, nuestra medicina preventiva, tiene
que encaminarnos a evitar todas las consecuencias de
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Recibido: 27 de noviembre de
2011
Aceptado para su publicación: 21
de diciembre de 2011