CorSalud 2012;4(1)
CASO CLÍNICO
OCLUSIÓN TOTAL CRÓNICA DEL TRONCO
CORONARIO IZQUIERDO Y ESTENOSIS DE
Por:
Dr. Francisco L. Moreno-Martínez1*, Dr. Ramón
González Chinea2*, Dr. Álvaro L. Lagomasino
Hidalgo3*, Dr. Rosendo S. Ibargollín
Hernández1*, Dr. Iguer F. Aladro Miranda4*,
Dr. Luis F. Vega Fleites4*, Dr. Roger Mirabal Rodríguez5*,
Dr. Gustavo de J. Bermúdez Yera5*, Dr. Yuri Medrano Plana5*,
Dr. Roberto Bermúdez Yera4*
1.
Especialista
de I y II Grados en Cardiología. Máster en Urgencias Médicas. Asistente. Correo
electrónico: flmorenom@yahoo.com
2.
Especialista
de I y II Grados en Radiología. Profesor Auxiliar.
3.
Especialista
de II Grado en Cirugía Cardiovascular. Profesor Auxiliar.
4.
Especialista
de I Grado en Cardiología.
5.
Especialista
de I Grado en Cirugía Cardiovascular. Máster en Urgencias Médicas.
* Cardiocentro
“Ernesto Che Guevara”. Villa
Clara. Cuba.
Resumen
La estenosis del tronco coronario izquierdo se encuentra
entre el 3-5 % de los pacientes a los que se les realiza una coronariografía, pero su oclusión total es rara (0,05-0,1
%). En este artículo presentamos el caso de un paciente de 42 años con oclusión
total de este vaso, que presentaba además, una estenosis de 85 % en la arteria coronaria
derecha y fue revascularizado quirúrgicamente de
forma exitosa. Se implantaron 3 injertos, mamaria a la descendente anterior, y
vena safena a una obtusa marginal y a la descendente posterior. Se presentan
las imágenes angiográficas y de la cirugía, y se
comentan las alternativas terapéuticas, donde lo más importante es
individualizar el tratamiento, con el objetivo de brindar la mejor opción a
cada paciente en particular. Para lograrlo es imprescindible una excelente
relación del equipo de trabajo donde, como en este caso, el cardiólogo
intervencionista y el cirujano cardiovascular se complementen, para el bien del
paciente.
Abstract
The left main coronary artery stenosis is found in 3-5 % of patients
who undergo coronary angiography, but total occlusion is rare (0,05-0,1 %). In this article, the case of a 42-year-old
patient with chronic total occlusion of the left main coronary artery is
presented. This patient, who also had 85 % stenosis of the right coronary
artery, was surgically and successfully revascularized.
3 grafts were implanted: mammary artery to the anterior descending artery and
saphenous vein to the obtuse marginal and posterior descending artery. The
angiographic and surgery images are shown, and treatment options are discussed,
where the most important thing is to individualize treatment in order to
provide the best option for each patient. It order to achieve this, an
excellent team work is essential, in which, as in this case, the interventional
cardiologist and cardiovascular surgeon complement each other for the good of
the patient.
Palabras clave: OCLUSIÓN CORONARIA ANGIOGRAFÍA CORONARIA PUENTE DE ARTERIA CORONARIA |
Key words: CORONARY OCCLUSION CORONARY ANGIOGRAPHY CORONARY ARTERY BYPASS |
Introducción
La estenosis del tronco coronario izquierdo (TCI) se
encuentra entre el 3-5 % de los pacientes a los que se les realiza una coronariografía; sin embargo, su oclusión total es rara
(0,05-0,1 %)1,2,
pues constituye la ausencia de flujo sanguíneo anterógrado y es una grave manifestación
de la aterosclerosis coronaria. La rareza de este padecimiento está relacionada
con su elevada mortalidad, pues cuando aparece de forma aguda es prácticamente
imposible la supervivencia, debido a la gran cantidad de miocardio afectado, la
presencia de choque cardiogénico y la aparición, prácticamente
inevitable, de arritmias ventriculares mortales, que hacen que la mayoría de
los pacientes fallezcan antes de llegar al hospital y, de los que llegan, muere
aproximadamente el 50 %3.
Lo más frecuente es encontrarlo, en pacientes sintomáticos, cuando la
obstrucción se ha desarrollado de forma crónica, una vez que haya permitido la
formación de circulación colateral.
En este artículo presentamos el caso de un paciente de 42
años con oclusión total crónica del TCI, que fue revascularizado
quirúrgicamente de forma exitosa.
Caso Clínico
Se
presenta a un hombre, de 42 años de edad, con antecedentes de
hipercolesterolemia familiar, hipertensión arterial y hábito de fumar (30
cigarrillos al día), que presentaba angina de esfuerzo estable y disnea, de 4
meses de evolución, y la ergometría demostró signos de insuficiencia coronaria
a bajas cargas (descenso horizontal del segmento ST de
|
Figura |
En la coronariografía se observó una oclusión total crónica del
TCI (Figura 1A) y una estenosis compleja y excéntrica, de 85 %, en el segmento
medio de la coronaria derecha (Figura 1B), esta arteria emitía circulación
colateral al territorio izquierdo, que llegaba hasta el sitio de la obstrucción
(Figura 2).
|
Figura |
Al considerar la gravedad de la
enfermedad coronaria y el elevado riesgo de un posible procedimiento
intervencionista, se decidió consultar el caso con cirugía cardiovascular y fue
llevado al quirófano a la semana siguiente. Se realizaron 3 injertos: arteria
mamaria interna izquierda a la descendente anterior, y vena safena interna
invertida a obtusa marginal de la circunfleja y a la descendente posterior de
la coronaria derecha (Figura 3). El procedimiento se realizó sin circulación
extracorpórea y el paciente fue trasladado a
|
Figura 3. Revascularización
miocárdica quirúrgica A. Injertos
de mamaria y safena en descendente anterior y obtusa marginal,
respectivamente (flechas) B. Anastomosis
de la safena a la descendente posterior (cabeza de flecha) C. Inserción aórtica de los injertos aorto-coronarios con vena safena (flechas). |
Comentario
La primera descripción clínica de la
enfermedad del TCI se le atribuye a James Herrik en
19124. Tradicionalmente,
la revascularización miocárdica quirúrgica (CABG,
por sus siglas en inglés) ha sido el tratamiento de elección1; pero con el desarrollo de
la cardiología intervencionista, muchos pacientes han sido revascularizados
exitosamente por vía percutánea1,3,5-7.
El desarrollo de la circulación
colateral, desde la coronaria derecha, es imprescindible para preservar una
adecuada función ventricular y garantizar la supervivencia. Nassar
et al.8 comentaron que cuando el flujo sanguíneo de las
colaterales es suficiente, puede que se perpetúe la oclusión crónica del TCI,
sin que aparezca dolor precordial, y Zimmern et al.2 definió que el flujo por estas colaterales podía ser
abundante (suficiente) o limitado (insuficiente), lo que determinaría la
presencia o no de síntomas, y la preservación de la función ventricular.
Kandzari y Ormiston5 plantean que existe poca evidencia para avalar al intervencionismo
coronario percutáneo (ICP), como tratamiento de rutina en pacientes con
enfermedad de TCI no protegido. El pronóstico de los stents farmacoactivos
(SFA) y los convencionales, en pacientes con lesiones menos complejas, es
similar respecto a complicaciones graves como muerte, infarto agudo de
miocardio y trombosis del stent; pero en lesiones más complejas, los SFA han mostrado una
superioridad innegable; sin embargo, aunque se prefiere el uso de estos, los stents
convencionales son mejores: en pacientes con elevado riesgo de sangrado, ante
la necesidad de una cirugía no cardíaca que precise de la interrupción de la
doble antiagregación plaquetaria, o en los casos con
diámetro del vaso igual o mayor a
Un estudio reciente6
demostró mejores índices de muerte y del parámetro combinado muerte/infarto/ictus
en pacientes con stents
convencionales respecto a la cirugía (15,9 % vs. 24,1 %, p=0.02 y 25,2 % vs.
32,1 %, p=0.04, respectivamente); no obstante, el índice de revascularización
del vaso tratado fue significativamente superior en los pacientes con este tipo
de stents
(36,7 % vs. 4,9 %, p<0.001). Los SFA
también han demostrado eficacia y seguridad en el tratamiento del TCI no
pregido7,9;
después de un seguimiento durante 3 años, mostraron menor incidencia de muerte (7,3
% vs. 8,4 %; p=0.64), ictus (1,2 % vs. 4,0 %; p=0.02) y
muerte/infarto/ictus (13,0 % vs. 14,3
%; p=0.60), al compararlos con
También por estas razones, hasta hace algunos años, la revisión angiográfica rutinaria era una norma después del ICP, pero al
considerar la baja incidencia de reestenosis con el uso de SFA, su utilidad es
dudosa, pues no se considera necesaria la realización de este tipo de
procedimiento en los pacientes asintomáticos; por eso, ya no aparece
recomendado en las guías de práctica clínica del American College of Cardiology/
American Heart Association
publicadas en el año 200912,
solo se recomienda la evaluación incruenta a los 6 meses y de ahí en lo
adelante, anual. Estas guías, sin embargo, propusieron un avance en la
realización del ICP en pacientes con enfermedad de TCI, al promoverlo de una recomendación
clase III a la clase IIb5,12.
No se tienen dudas de que cuando un paciente presenta
reestenosis del stent
implantado en el TCI, se necesita una nueva revascularización; lo que es
incierto aun es cuál de los dos métodos (ICP o CABG) es el más apropiado5,14.
En estos casos el ICP ha mostrado resultados favorables, con un riesgo de
mortalidad cardiovascular de 1,7 % para un período de seguimiento promedio de
35 meses; sin embargo, los datos demuestran que la cirugía presentó menos
complicaciones cardíacas graves en ese mismo período de tiempo: 14 % vs. 25 %5,14.
Las guías de revascularización coronaria percutánea del American College
of Cardiology/ American Heart
Association, del 201115 (Anexo), plantean que el ICP es una posible
alternativa terapéutica para la revascularización en pacientes cuidadosamente
seleccionados, y la localización de la lesión es un importante determinante
para la elección del ICP en la enfermedad del TCI no protegido; pues la
implantación de un stent
en el ostium o en la porción media,
es más oportuna y segura que cuando se trata la bifurcación o trifurcación del
TCI15,16. La enfermedad
de la porción distal de este vaso requiere un alto grado de experiencia y
habilidad por parte del cardiólogo intervencionista, y tiene muchas más
probabilidades de reestenosis que el ostium
o la porción media5,15-17.
Muchos factores deben considerarse al analizar estas dos formas
de tratamiento (ICP o CABG): situación clínica del paciente, número de vasos
enfermos, relación de vasos afectados/tratados, tipo de lesión coronaria a tratar;
uso de una, dos o ninguna arteria mamaria, revascularización completa o
incompleta, riesgo antes del procedimiento, comorbilidades, entre otros. Lo cierto es que el ICP y
Sin
dudas, hay que individualizar a los enfermos, con el único objetivo de brindarle
la mejor opción terapéutica. Para lograrlo es imprescindible una excelente
relación del equipo de trabajo donde, como en este caso, el cardiólogo
intervencionista y el cirujano cardiovascular se complementen, para lograr (con
un basamento científico y un alto grado de responsabilidad) una adecuada
selección de los pacientes.
Referencias
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Anexo. Recomendaciones (para mejorar la supervivencia) de las Guías de
Intervencionismo Coronario Percutáneo del 2011, para el tratamiento en la
enfermedad del TCI. |
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Clase I: 1. La CABG
está recomendada en pacientes con estenosis significativa (≥ 50 %) del TCI (Nivel de evidencia: B). Clase IIa: 1. El ICP es
razonable como alternativa a la CABG en pacientes estables seleccionados con
enfermedad significativa (estenosis ≥ 50 %) del
TCI no protegido, cuando: 1) existan condiciones anatómicas asociadas a un
riesgo bajo de complicaciones para el ICP y además exista una alta
probabilidad de obtener un buen resultado a largo plazo (ej. Un índice SYNTAX
bajo [≤22], en la enfermedad del ostium o la porción media del TCI; y
2) existan características/situaciones clínicas predictoras
de un riesgo significativamente elevado de resultados quirúrgicos
desfavorables (ej. Riesgo predictivo de mortalidad operatoria del STS ≥ 5 %). (Nivel de evidencia: B) 2.
El ICP es razonable en pacientes con angina
inestable o infarto agudo de miocardio sin elevación del segmento ST cuando
en el TCI no protegido se asienta la lesión causante de los síntomas y el
paciente no es elegible para CABG (Nivel de evidencia: B). 3.
El ICP es
razonable en pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del
segmento ST cuando en el TCI no protegido se asienta la lesión causante de
los síntomas, el flujo distal TIMI (Thrombolysis In Myocardial Infarction) es
menor de 3, y el ICP puede realizarse de forma más rápida y segura que la
CABG (Nivel de evidencia: B). Clase IIb: 1.
El ICP puede ser razonable como alternativa a la
CABG en pacientes estables seleccionados con enfermedad significativa del TCI
no protegido (estenosis
≥ 50 %) cuando: 1) existan
condiciones anatómicas asociadas a un riesgo bajo o intermedio de
complicaciones durante el ICP y además exista una probabilidad alta o
intermedia de obtener un buen resultado a largo plazo (ej. un índice SYNTAX
bajo o intermedio < 33, enfermedad distal del TCI que afecte/interese la
bifurcación); y 2) existan características/situaciones clínicas predictoras de un riesgo elevado de resultados
quirúrgicos desfavorables (ej. enfermedad pulmonar obstructiva crónica
moderada-grave, discapacidad debido a un ictus previo o antecedentes de
cirugía cardíaca; con riesgo predictivo de mortalidad operatoria del STS > 2%). (Nivel de evidencia: B) Clase
III: 1. El ICP no
debe realizarse en pacientes estables con enfermedad significativa (estenosis ≥ 50 %) del TCI no protegido, que tengan una anatomía desfavorable para
este tipo de procedimiento y características favorables para la CABG (Nivel
de evidencia: B). |
Traducción hecha por los autores |
Recibido: 31 de agosto de 2011
Aceptado para su publicación: 26 de octubre de 2011