CorSalud
2011;3(1)
CARDIOCENTRO
"ERNESTO CHE GUEVARA"
SANTA CLARA, VILLA CLARA, CUBA
CARTA AL EDITOR
FIBRILACIÓN AURICULAR EN EL PACIENTE
HIPERTENSO. PAPEL DE LA AURÍCULA IZQUIERDA
MSc. Dr.
Elibet Chávez González
______________
Especialista
de I Grado en Medicina General Integral y Cardiología. Máster en Urgencias
Médicas. Cardiocentro “Ernesto Che Guevara”. Santa Clara, Villa Clara.
Instructor. UCM-VC. e-mail: elibet@capiro.vcl.sld.cu
Palabras
clave:
ATRIO CARDIACO
HIPERTENSION
FIBRILACION
AURICULAR
|
Key words:
HEART ATRIA
HYPERTENSION
ATRIAL
FIBRILLATION
|
Señor Editor:
En los últimos años se ha descrito que cambios en
la geometría auricular se relacionan con la presencia de fibrilación auricular (FA)
paroxística particularmente, en pacientes con hipertensión arterial. Por
ejemplo, Ciaroni y cols1
describieron que las dimensiones de la aurícula izquierda (AI), se
correlacionan con la probabilidad de presentar FA paroxística.
Márquez y colaboradores2 mencionan que el factor estructural más conocido como
sustrato anatómico que permite el desarrollo de la FA, es la dilatación de las
aurículas. El mayor tamaño y la dilatación de la aurícula producen acortamiento
del potencial de acción por disminución de las corrientes transitorias de
potasio (Ito) y de las lentas
de calcio (Ical), reducen la
fase 0 de despolarización, aumentan el automatismo ectópico e inducen pospotenciales.
La dilatación se acompaña de fibrosis intersticial, la que separa los haces de
miocitos, por lo que aumenta la conducción anisotrópica y disminuye la
velocidad de conducción, situación que favorece la existencia de FA por la
posibilidad de que se formen más circuitos de reentrada en las aurículas. La
dilatación auricular puede ser secundaria a una cardiopatía o a una neumopatía.
En el primer caso es importante destacar el papel de la hipertensión arterial (HTA) sistémica, que al
producir disfunción diastólica es capaz de incrementar el tamaño auricular, lo
que explicaría en parte, la alta prevalencia de FA en este grupo poblacional.
La FA es la más prevalente de todas las
arritmias auriculares, además de ser la forma más común de alteración mantenida
del ritmo cardíaco y su incidencia aumenta con la edad3. Muchos estudios han demostrado la presencia de HTA en
pacientes que desarrollan FA y el estudio Framingham, demostró el doble de su
prevalencia en pacientes con cardiopatía hipertensiva, comparados con la
población control4.
La HTA y la FA no son dos problemas aislados, sino que presentan
una clara interrelación para potenciar sus efectos perjudiciales entre sí. La
hipertrofia ventricular izquierda (HVI) secundaria a la HTA, aumenta el estrés
parietal y produce activación del sistema nervioso simpático, esto último
incrementa el automatismo y la anisotropía, y por ende las arritmias cardíacas.
En esta fisiopatología se considera que la angiotensina II desempeña un papel
central en el remodelado auricular5.
Jalife6 resume ocho mecanismos que evidencian que
las alteraciones de la AI
justifican la FA
crónica, de ahí que sea esta la más común en la práctica clínica, además
refiere que todas las formas de tratamiento han sido hasta ahora decepcionantes
y que, la idea de investigar las propiedades moleculares, celulares y
electrofisiológicas, que son específicas de la AI, puede ser importante y tener relevancia
clínica.
Algunas de esas propiedades las resume de la siguiente forma6:
1.
Como consecuencia de la adaptación a presiones
intracavitarias más elevadas, la AI
tiene paredes y musculatura más gruesas y heterogéneas.
2.
La AI se
encuentra en contacto directo con las cuatro venas pulmonares, donde se genera
la gran mayoría de los disparos eléctricos de actividad rápida y prematura que
dan lugar a la FA.
3.
Los bordes del fascículo septo-pulmonar en la
pared posterior de la AI
forman una barrera que es capaz de impedir la propagación, facilitar la ruptura
de ondas prematuras y asimismo, facilitar la génesis de la reentrada.
4.
La rica inervación de la pared posterior de la AI y la mayor densidad de los
canales de potasio en esa región, contribuyen al período refractario más corto
y a establecer el gradiente de frecuencias dominantes que caracteriza a la FA.
5.
El hecho de que durante la FA mantenida, la frecuencia de la AI es más alta que la de la
derecha, contribuye a que los cambios iónicos, que resultan del aumento de la corrientes
de potasio (IK1) y las dependientes de acetilcolina (IKACh) constitutiva, sea
mayor en la AI.
6.
La dilatación y el estiramiento del músculo
auricular establecen condiciones para la formación de rotores que se sitúan principalmente
en la pared posterior de la AI.
7.
La activación a frecuencias elevadas, las mayores
presiones y la dilatación, favorecerían mayores cambios estructurales e
iónicos, más proliferación de los fibroblastos y un mayor grado de fibrosis en la AI que en la derecha.
8.
Combinados con la disfunción diastólica, los
cambios iónicos y la fibrosis de las aurículas establecen el substrato idóneo
para la FA.
Lo anterior explica que las condiciones anátomo-fisiológicas
de la AI expuestas
a sobrecargas de presión, donde media la angiotensina II, facilitan la
aparición y mantenimiento de la FA7. Chávez y colaboradores8,
han demostrado la correlación entre el área de la AI en niños hipertensos y la dispersión de la
onda P en el electrocardiograma; esta última variable, a mayores valores,
representa un riesgo independiente de FA. Este último artículo refleja que los
cambios eléctricos y anatómicos secundarios al daño por HTA, pueden aparecer
desde la infancia.
Si se ha demostrado la asociación entre HTA, crecimiento de la AI
y FA, pues permítame Señor
Editor culminar con la misma oración que redactamos en carta anterior9: logremos
la prevención de
la HTA
y además, el diagnóstico y control de las cifras de presión arterial de los pacientes
pre e hipertensos, para así disminuir el riesgo de FA.
Referencias
bibliográficas
1.
Ciaroni S, Cuenoud L, Bloch A.
Clinical study to investigate the predictive parameters for the onset of atrial
fibrillation in patients with essential hypertension. Am Heart J.
2000;139(5):814-9.
2. Márquez MF, Gómez-Flores J, Aranda-Faustro A, Cazares-Campos I, Cárdenas M. Avances recientes
en la fisiopatología de la fibrilación auricular. Arch Cardiol Mex. 2009;79 Supl 2:18-25.
3. Fuster V, Rydén
LE, Cannom Ds, Crijns Hj, Curtisw
AB, Ellenbogen K, et al. ACC/AHA/ESC: Guía de
práctica clínica para el manejo de pacientes con fibrilación auricular. Versión
resumida. Rev Esp Cardiol. 2006;59(12):1302.e1-64.
4.
Kauffmann R.
Manifestaciones cardiacas de la
HTA. Rev Méd Clín
Condes. 2005;16(2):104-9.
5.
Escobar Cervantes C, Calderon
Montero A, Barrios Alonso V. Prevención de la fibrilación auricular en el
paciente hipertenso. Rev Costarric Cardiol. 2006;8(2):19-23.
6.
Jalife J. ¿Por qué es la aurícula izquierda tan
importante en el mecanismo de la fibrilación auricular crónica? RIA. 2009;1(1):3-26.
7. Serra JL, Bendersky M. Fibrilación auricular y
sistema renina-angiotensina. Rev Fed Arg Cardiol. 2009;38:123-31.
8. Chávez González E, González Rodríguez E, Castro Hevia
J, Llanes Camacho MC, Garí Llanes M, García Nóbrega Y. Hipertensión arterial en población pediátrica,
sus efectos en la dispersión de la onda P y el área auricular izquierda. Rev
Chil Cardiol. 2010;29(3):322-7.
9. Chávez González E. Dispersión de
la onda p. predicción de fibrilación auricular en el paciente hipertenso. CorSalud.
2010;2(3):190-2.
Recibido:
13 de febrero de 2011
Aceptado
para su publicación: 28 de febrero de 2011