CorSalud 2010;2(4)
HOSPITAL UNIVERSITARIO
“DR. CELESTINO HERNÁNDEZ ROBAU”
ARTÍCULO ORIGINAL
ESTRATIFICACIÓN
DEL RIESGO EN EL SÍNDROME CORONARIO AGUDO CON ELEVACIÓN DEL SEGMENTO ST
Por:
Dr. Luis Alberto Rodríguez
López1, MSc. Dra. Marilyn Ramírez Méndez2, Dra. Aída
Valverde Farré3, Dr.CM. Luis Castañeda Casarvilla4, Dra.
Ana Luisa Alonso Mariño5, MSc.Dr. Rudy Hernández Ortega6
______________
1.
Especialista
de I Grado en Cardiología. Instructor. UCM-VC.
2.
Máster en
Urgencias Médicas. Especialista de I Grado en Anestesiología y Reanimación.
Diplomada en Cuidados Intensivos de Adultos. Asistente. UCM-VC.
3.
Hospital Clínico
Barcelona. Barcelona, España.
4.
Doctor en
Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Medicina Intensiva y Medicina
Interna. Profesor Auxiliar. UCM-VC. e-mail casta@capiro.vcl.sld.cu
5.
Máster en
Urgencias Médicas. Especialista de I Grado Medicina Interna. Diplomada en Cuidados
Intensivos de Adultos. Instructora. UCM-VC.
6.
Máster en
Urgencias Médicas. Especialista de I Grado en Anestesiología y Reanimación.
Instructor. UCM-VC.
Resumen
Introducción y
objetivos: El tamaño del infarto y la repercusión sobre la función
ventricular constituyen problemas importantes para el pronóstico del paciente.
El objetivo de este trabajo fue valorar los factores de mal pronóstico antes
del egreso hospitalario mediante la realización de ergometría submaximal y
ecocardiograma. Material y método: Se realizó una investigación
descriptiva, prospectiva, con 85 pacientes con infarto que recibieron o no terapia
trombolítica, en el Hospital Universitario “Celestino Hernández Robau” de Santa Clara, a los cuales se les realizó
ergometría y ecocardiograma antes del egreso para detectar variables de mal
pronóstico. Resultados: Predominó el sexo masculino (82,2 %), el
grupo de edad de 55 años y más (47,1 %), la hipertensión arterial (80 %) y el
tabaquismo (75,2 %). La localización más frecuente fue la póstero-inferior
(78,8 %); la fracción de eyección del ventrículo izquierdo fue mejor en los
tratados con trombolíticos, y se detectaron los que tenían una mala función
ventricular (10,6 %). El 74,1 % presentó clase funcional I y se identificaron
21 pacientes (24,7 %) con mal pronóstico. No hubo diferencia significativa respecto
a la terapia trombolítica, pero los pacientes que la recibieron presentaron un
mejor comportamiento clínico. Conclusiones: Se encontraron
31 pacientes con prueba de esfuerzo positiva, de mal pronóstico, 5 de ellos con
clase funcional III, los cuales presentaron también FEVI disminuida. La prueba
de esfuerzo submáxima y el ecocardiograma bidimensional constituyeron
herramientas de primera línea en la valoración pronóstica del paciente con IAM,
por su existencia en casi todos los centros hospitalarios, bajo costo, poco o
ningún riesgo y ser fácil de realizar, y reproducir.
Abstract
Introduction and Objectives: Infarct size and
the effect on ventricular function are significant problems for the patient's
prognosis. The aim of this study was to assess poor prognostic factors prior to
hospital discharge by performing submaximal ergometry and echocardiogram. Material
and Methods: A descriptive, prospective study was performed on 85
patients with infarction who received or not thrombolytic therapy, in the
University Hospital "Dr. Celestino Hernandez Robau" Santa Clara, and
who underwent ergometry and echocardiography prior to hospital discharge in
order to identify poor prognosis
variables. Results: Males were predominant (82.2%), the group aged
55 years and over (47,1 %), hypertension (80%) and smoking (75,2 %). The most
common location was the posterior-inferior (78.8 %) left ventricle ejection fraction was better
in patients treated with thrombolysis, and those who had poor ventricular
function were identified (10.6%), 74,1 % had functional class I and 21 patients
(24,7 %) with poor prognosis were identified. There was no significant
difference compared to thrombolytic therapy, but the patients who received it
had a better clinical behavior. Conclusions: There were 31
patients with positive stress testing and poor prognosis, 5 of them with
functional class III, which also showed decreased LVEF. Submaximal exercise
testing and two-dimensional echocardiography are first-choice tools in the
prognostic assessment of patients with AMI, due to its existence in almost all
hospitals, low cost, little or no risk and easy to perform, and reproduce.
Palabras clave: SINDROME CORONARIO AGUDO INFARTO DEL MIOCARDIO ESTRATIFICACION
DE RIESGO |
Key words: ACUTE CORONARY SÍNDROME MYOCARDIAL INFARCTION RISK
STRATIFICATION |
Introducción
En el infarto agudo de miocardio (IAM), su tamaño y la repercusión sobre la
función ventricular constituyen un problema importante, sin dejar al margen las
arritmias ventriculares malignas y las complicaciones mecánicas1.
La disfunción ventricular izquierda puede oscilar desde la ausencia de
síntomas clínicos hasta el choque cardiogénico, pasando por la expresión
clásica de insuficiencia ventricular izquierda aguda, que es el determinante
más importante del pronóstico, matizado además, por la presencia de arritmias
ventriculares malignas y otro hecho que requiere atención es: la angina postinfarto1.
No cabe duda de que la función ventricular izquierda es el principal factor
determinante de la supervivencia a corto y mediano plazos de los pacientes
víctima de un IAM. Todos los indicios pronósticos, como el de Killip,
Forrester, Peel y Norris han demostrado que la insuficiencia ventricular
izquierda es un índice importantísimo sobre el cual se basa un mal pronóstico2,
3.
La valoración de los factores de mal pronóstico después de un IAM se inicia
desde que ingresa el paciente en
Existe una amplia
variedad de pruebas de laboratorio especializadas que se realizan para
caracterizar el pronóstico de pacientes con IAM, donde se incluyen diversos
procedimientos incruentos, como: la prueba de esfuerzo precoz, el ecocardiograma
en reposo, la monitorización eléctrica ambulatoria y la gammagrafía con talio
201 o tecnecio 996-8.
La valoración pronóstica del grupo de pacientes estudiados en su
expectativa y calidad de vida, nos permite una adecuada estrategia diagnóstica
y terapéutica.
Nos motivamos a realizar este trabajo, para valorar los factores de mal
pronóstico con pruebas incruentas antes del egreso del paciente del hospital;
determinar mediante la prueba de esfuerzo los cambios isquémicos del ST-T, la
estabilidad eléctrica y la capacidad funcional; identificar la alteración de la
motilidad segmentaria y la fracción de eyección del ventrículo izquierdo por
ecocardiografía, y determinar el pronóstico en el grupo estudiado, según las
variables analizadas antes del alta hospitalaria.
Método
Se realizó un estudio descriptivo, prospectivo, durante 14 meses en la
provincia de Villa Clara, con el propósito de valorar los factores de mal
pronóstico coexistentes en los pacientes ingresados por IAM en el Hospital “Dr.
Celestino Hernández Robau” de Santa Clara, con o sin terapia trombolítica. El
universo estuvo constituido por 85 pacientes que cumplieron los criterios de
inclusión, a los que se les realizaron pruebas incruentas de valoración
pronóstica, y fueron elegibles para la prueba de esfuerzo precoz por no tener
contraindicaciones para su realización. Luego del egreso, los
pacientes fueron seguidos en consulta externa por un período no menor de 6
meses para valorar su evolución.
Se incluyeron todos los pacientes con el diagnóstico de IAM con elevación
del ST, trombolizados o no, con edad no superior a los 65 años. El tratamiento
trombolítico administrado fue el convencional, con Estreptoquinasa Recombinada
Cubana, 1,5 millones de unidades diluidas en 100 ml de dextrosa 5 %,
administrada por vía intravenosa en 60 minutos.
Se realizó una prueba ergométrica de esfuerzo precoz entre el séptimo y el
decimocuarto día después del IAM, y un ecocardiograma Doppler, al décimo día.
Se consideraron como factores de mal pronóstico las
características condicionantes predictoras de un desenlace futuro negativo o
desfavorable:
·
Variables clínicas: sexo femenino, diabetes e hipertensión arterial.
·
Variable electrocardiográfica:
infarto de cara anterior.
·
Variables relacionadas
con la función ventricular: fracción de eyección < 50 %.
·
Variables de isquemia
residual: prueba de esfuerzo alterada a baja carga y capacidad funcional III-IV,
según la reconocida clasificación de
Para el análisis de los resultados se calcularon los
porcentajes como medidas de resumen para variables cualitativas en todos los
objetivos. Se utilizó como la prueba estadística, Chi cuadrado (X2),
para identificar diferencias en el comportamiento de las diferentes variables
en los grupos con terapia trombolítica y no con una significación de 5 %.
Resultados
Del total de pacientes que participaron en el estudio, el grupo entre las
edades de 55 y más años fue el predominante, con 40 casos (47,1 %). El rango de
edad osciló entre 32 y 65 años. Setenta pacientes pertenecen al sexo masculino
(82,2 %), y 56,4 % del total, recibió tratamiento trombolítico (48 pacientes); en
el sexo femenino solo lo recibió el 10,5 % (Tabla 1).
Tabla
1 Distribución de casos, según edad,
tratamiento y sexo.
Edad (años) |
Terapia Trombolítica |
Total |
||||||||||||||
Sí |
No |
|||||||||||||||
Masculino |
Femenino |
Total |
Masculino |
Femenino |
Total |
|||||||||||
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
|||
< 45 |
7 |
8,2 |
1 |
1,2 |
8 |
9,4 |
6 |
7,0 |
1 |
1,2 |
7 |
8,2 |
15 |
17,6 |
||
45 - 55 |
17 |
20,0 |
3 |
3,5 |
20 |
23,5 |
8 |
9,4 |
2 |
2,3 |
10 |
11,7 |
30 |
35,2 |
||
55 y más |
15 |
17,6 |
5 |
5,8 |
20 |
23,5 |
17 |
20,0 |
3 |
3,5 |
20 |
23,5 |
40 |
47,1 |
||
TOTAL |
39 |
45,8 |
9 |
10,5 |
48 |
56,4 |
31 |
36,4 |
6 |
7,0 |
37 |
43,5 |
85 |
100,0 |
||
X2 = 2,38
p = 0,30 gl = 2 Fuente: Encuesta. |
||||||||||||||||
Con respecto a los factores de riesgo cardiovascular (Tabla 2) no hubo
diferencias significativas en lo referido a los pacientes que recibieron o no
terapia trombolítica. El factor de riesgo más frecuente en nuestra muestra fue
la hipertensión arterial con 68 pacientes, lo que representa el
Tabla
2
Distribución de casos, según los factores de riesgo cardiovascular, tratamiento
y sexo.
Factores de riesgo coronario |
Terapia
Trombolítica |
Total |
||||||||
Sí |
No |
|||||||||
Masculino |
Femenino |
Masculino |
Femenino |
|||||||
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
|
HTA |
27 |
31,7 |
8 |
9,4 |
28 |
32,9 |
5 |
5,8 |
68 |
80,0 |
Hábito de fumar |
27 |
31,7 |
6 |
7,0 |
26 |
30,5 |
5 |
5,8 |
64 |
75,2 |
Hipercolesterolemia |
19 |
22,3 |
5 |
5,8 |
8 |
9,4 |
3 |
3,5 |
35 |
41,1 |
Diabetes mellitus |
7 |
8,2 |
2 |
2,3 |
3 |
3,5 |
2 |
2,3 |
14 |
16,4 |
Ninguno |
1 |
1,1 |
1 |
1,1 |
0 |
0,0 |
0 |
0,0 |
2 |
2,3 |
X2
= 3,71 p = 0,29 gl = 3 Fuente:
Encuesta. n = 85 |
En relación con la topografía del infarto (Tabla 3), la localización póstero-inferior
fue predominante en 67 pacientes (78,8 %). En cuanto a los pacientes que recibieron
o no terapia trombolítica no hubo diferencias significativas. La topografía del
infarto de cara anterior representó un 16,4 %, con 14 casos.
Tabla 3 Distribución de casos, según localización del IAM y tratamiento.
Localización |
Terapia
Trombolítica |
Total |
||||
SÍ |
NO |
|||||
Total |
Total |
|||||
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
|
Anterior |
9 |
10,5 |
5 |
5,8 |
14 |
16,4 |
Lateral |
2 |
2,3 |
0 |
0,0 |
2 |
2,3 |
Póstero-inferior |
36 |
21,1 |
31 |
36,4 |
67 |
78,8 |
Septal |
1 |
1,1 |
1 |
1,1 |
2 |
2,3 |
TOTAL |
48 |
56,4 |
37 |
43,5 |
85 |
100,0 |
De 85 pruebas de esfuerzo realizadas (Tabla 4), 31 (36,4%) presentaron
alteraciones, con predominio de cambios isquémicos del ST-T en 18 casos (21,1%)
y de estos, 12 (14,1%) pacientes presentaron cambios isquémicos con baja carga
identificados como de mal pronóstico; 4 pacientes (4,7 %) presentaron angina
con cambios eléctricos durante la prueba con baja carga, estos fueron
considerados como de peor pronóstico; en 5 pacientes (5,8 %) fue suspendida la
prueba por disnea limitante, calificados clase funcional III; y un total de 4
pacientes (4,7 %) presentaron arritmias cardíacas no malignas del tipo de
extrasístoles ventriculares aisladas. No existe diferencia porcentual significativa
en el comportamiento entre los pacientes que recibieron o no terapia
trombolítica.
Tabla 4 Distribución de casos, según resultados de la prueba ergométrica y
tratamiento.
Criterios de
positividad |
Terapia
Trombolítica |
Total |
||||
Sí |
No |
|||||
No |
% |
No |
% |
No |
% |
|
Cambios
del ST-T |
9 |
10,5 |
9 |
10,5 |
18 |
21,1 |
Angina |
2 |
2,3 |
2 |
2,3 |
4 |
4,7 |
Disnea |
2 |
2,3 |
3 |
3,5 |
5 |
5,8 |
Arritmias |
2 |
2,3 |
2 |
2,3 |
4 |
4,7 |
TOTAL |
15 |
17,6 |
16 |
18,8 |
31 |
36,4 |
No válido
para realizar prueba estadística X2 por tener más del 20 % de
frecuencias esperadas por debajo de 5. Fuente:
Encuesta. n = 85 |
En la tabla 5 podemos apreciar que el grupo con clase funcional I predominó
con 63 pacientes (74,1%) y en clase III, solo encontramos 5 pacientes (5,9 %),
pero no existe una diferencia significativa entre ambos grupos (con la terapia
trombolítica o sin ella).
Tabla 5 Distribución de casos, según capacidad funcional y tratamiento.
Capacidad funcional |
Terapia
Trombolítica |
Total |
||||
Sí |
No |
|||||
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
|
I |
35 |
41,1 |
28 |
32,9 |
63 |
74,1 |
II |
11 |
12,9 |
6 |
7,0 |
17 |
20,0 |
III |
2 |
2,3 |
3 |
3,5 |
5 |
5,9 |
IV |
0 |
0,0 |
0 |
0,0 |
0 |
0,0 |
TOTAL |
48 |
56,4 |
37 |
43,5 |
85 |
100,0 |
X2
= 0,63 p = 0,43 gl = 2 Fuente:
Encuesta. |
Sesenta pacientes (70,5 %) presentaron alteración de la motilidad parietal
segmentaria del VI (Tabla 6), con predominio no significativo de los pacientes
que recibieron la terapia trombolítica (41,1 %). La alteración segmentaria de
la contractilidad más frecuente fue la
hipocinesia póstero-inferior en 46 pacientes (54,1 %).
Tabla 6 Distribución de casos, según alteración de la motilidad del ventrículo
izquierdo
y tratamiento.
Alteraciones de la motilidad
segmentaria |
Terapia
Trombolítica |
Total |
||||
Sí |
No |
|||||
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
|
Hipocinesia anterior |
2 |
2,3 |
1 |
1,1 |
3 |
3,5 |
Hipocinesia septal |
2 |
2,3 |
1 |
1,1 |
3 |
3,5 |
Hipocinesia inferior |
2 |
2,3 |
5 |
5,8 |
7 |
8,2 |
Discinesia septal |
0 |
0,0 |
1 |
1,1 |
1 |
1,1 |
Hipocinesia póstero-inferior |
29 |
34,1 |
17 |
20,0 |
46 |
54,1 |
TOTAL |
35 |
41,1 |
25 |
29,4 |
60 |
70,5 |
No válido
para realizar prueba estadística X2 por tener más del 20 % de
frecuencias esperadas por debajo de 5. Fuente: Encuesta. n = 85 |
El 89,4 % (76 pacientes) presentó una FEVI mayor del 50 %, que es
considerada normal (Tabla 7), con diferencia significativa a favor de los
pacientes que recibieron terapia trombolítica. En 9 casos (10,6 %) se comprobó
una FEVI disminuida (< 50 %). En este grupo no hubo diferencia significativa
en el comportamiento entre los pacientes que recibieron o no terapia
trombolítica (Gráfico 1).
Tabla 7 Distribución de casos, según fracción de eyección del ventrículo
izquierdo
y la terapia trombolítica.
Fracción de eyección (%) |
Terapia
Trombolítica |
Total |
||||
Sí |
No |
|||||
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
|
< 40 |
0 |
0,0 |
0 |
0,0 |
0 |
0,0 |
40-50 |
2 |
2,3 |
7 |
8,2 |
9 |
10,6 |
51-60 |
24 |
28,2 |
16 |
18,8 |
40 |
47,1 |
> 60 |
22 |
25,8 |
14 |
16,4 |
36 |
42,3 |
TOTAL |
48 |
56,4 |
37 |
43,4 |
85 |
100,0 |
X2
= 0,74 p = 0,049 gl = 2 Fuente:
Encuesta. |
|
Del total de la muestra estudiada, 21 pacientes (24,7 %) fueron
identificados como de mal pronóstico (Tabla 8), sin existir una diferencia
significativa entre los que recibieron o no terapia trombolítica (Ver gráfico 1),
estos fueron remitidos al Servicio de Hemodinámica para su evaluación
terapéutica de revascularización mecánica o quirúrgica. El grupo de mejor
pronóstico se mantuvo asintomático durante su control y muchos de ellos fueron
remitidos al centro de rehabilitación cardiovascular, con la finalidad de
lograr una modificación favorable del estilo de vida y el control de los
factores de riesgo cardiovascular. Solo dos pacientes identificados de mal
pronóstico, fallecieron durante su seguimiento, 2 reinfartaron y 4 presentaron
angina.
Tabla 8 Distribución de los pacientes, según su pronóstico en relación con la
terapia trombolítica.
Pronóstico |
Terapia Trombolítica |
Total |
||||
Sí |
No |
|||||
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
|
Bueno |
38 |
44,7 |
26 |
30,5 |
64 |
75,2 |
Malo |
10 |
11,7 |
11 |
12,9 |
21 |
24,7 |
TOTAL |
48 |
56,4 |
37 |
43,4 |
85 |
100,0 |
Fuente: Encuesta |
Discusión
En el estudio se pudo observar que en lo referido al sexo existe una
diferencia de 5:1 para el masculino y el femenino, respectivamente. A su vez,
cuando se analiza por separado el sexo, se aprecia que la incidencia en el sexo
masculino, en cada grupo de edad, tiene una diferencia de un 10 %
aproximadamente; no así en el sexo femenino, que se comportó entre el 30 y
40 %, hasta duplicarla en el grupo de mayor edad. Es decir, que en el sexo
femenino, el IAM se comporta con una menor incidencia en edades tempranas,
duplicándose o triplicándose en la edad avanzada de la vida, con relación al
sexo masculino. Resultados similares son informados por otros autores4, 8-10.
También los estudios de Kudenchuk11 y Kober12, demuestran
la relación del sexo femenino como un factor independiente de mal pronóstico,
con un incremento del índice de mortalidad a medida que aumenta la edad.
Existen estudios que demuestran que la edad es un factor independiente de
mal pronóstico, sobre todo en los mayores de 70 años13.
En este tipo de pacientes pudiera estar deteriorada la contractilidad del
músculo cardíaco como consecuencia del estado senil, la cardioangioesclerosis, la
presencia de cardiopatía isquémica o hipertensiva de larga duración, que se manifiesta
con síntomas y signos de insuficiencia cardíaca izquierda previa al IAM. Esta
función puede deteriorarse aún más y aparecer muerte súbita o arritmias
ventriculares fatales, como la taquicardia y fibrilación ventriculares3.
Los pacientes mayores de 65 años fueron excluidos, pues en la mayoría de ellos se
detecta al ingreso en
La presencia de factores de riesgo coronario siempre está relacionada con
el pronóstico de los pacientes. Mientras más factores coexistan en un mismo
paciente, mayor serán las probabilidades de riesgo. Rennert14 en su
trabajo refiere que la hipertensión arterial y la diabetes mellitus son
factores independientes de mal pronóstico.
El tamaño del infarto es un factor determinante del pronóstico en un paciente
con IAM. A menudo, las personas que viven después de grandes infartos tienen una
afección ulterior de la función ventricular y la mortalidad a largo plazo, es
más alta que en aquellas que sobreviven a infartos pequeños, quienes tienden a
no mostrar descompensación cardíaca. Los infartos de cara anterior
tienen peor pronóstico con relación a los de cara inferior15. En este
trabajo solo tres pacientes con IAM de localización en la cara anterior
presentaron prueba de esfuerzo alterada a baja carga, dos con terapia
trombolítica y uno, sin ella.
Estos resultados se pueden comparar con el estudio de Garzoli et al16, donde a 120
pacientes se les practicó prueba de esfuerzo submáxima limitada por síntomas
entre 8 y 40 días después del infarto agudo de miocardio. Cincuenta y dos
pacientes (48 %) presentaron prueba anormal, con cambios isquémicos del ST-T en
21 de ellos (17,5 %).
El inicio temprano de los signos y
síntomas durante el ejercicio y la baja capacidad de trabajo o duración del
esfuerzo, guardan relación con la gravedad y magnitud de la enfermedad de las
arterias coronarias. Dada la sensibilidad global relativamente baja (cerca del
75 %) de la prueba de esfuerzo, una de las limitaciones de esta es que en
ocasiones es difícil de interpretar, sobre todo en aquellos pacientes que se
encuentran con tratamiento farmacológico, lo que reduce la sensibilidad de la
prueba de esfuerzo15,17.
Otros autores
plantean que uno de los elementos más importante del pronóstico, derivado de
las pruebas de esfuerzo, es la duración o capacidad para el ejercicio18,
lo que tiene una correlación en grado significativo con la supervivencia. En
tal sentido, que aquellos pacientes que alcanzaron la fase IV del protocolo de
Bruce tuvieron una supervivencia de un 93 % en comparación con el 45 % de
aquellos que suspendieron el ejercicio en la fase I. La relación de duración
del ejercicio y la supervivencia, a corto o largo plazo, se sucedió
independientemente de que el ejercicio se suspendiera por disnea, fatiga o
angina17.
En este trabajo, el grupo que presentó baja capacidad funcional (III),
sobre todo asociado a la disnea durante la prueba de esfuerzo, fue considerado
como de mal pronóstico. Además, se observó que estos pacientes tuvieron una
FEVI diminuida. Los pacientes con capacidad funcional III-IV de
Los pacientes víctimas de un IAM que presentan deterioro de la función
ventricular izquierda, con trastornos hemodinámicos o de tipo ecocardiográfico
(disminución de
La ecocardiografía bidimensional es una prueba incruenta, que no es útil
para cuantificar el tamaño del IAM, pero sí para orientar su extensión, localización,
y valorar las alteraciones de la motilidad segmentaria y global;
Existen fuertes evidencias científicas en la estratificación de los factores
de riesgo en pacientes víctimas de IAM, durante el seguimiento de un año, donde
se demuestra que la presencia de uno o más de estos factores (infarto extenso,
isquemia residual recurrente e inestabilidad eléctrica, FEVI y capacidad
funcional disminuidas) se asocian con un mal pronóstico y con un aumento de la
probabilidad de presentar otro síndrome coronario agudo letal,
independientemente del uso del tratamiento trombolítico5,21. En
aquellos que no presentan ninguno de los factores de mal pronóstico, la
probabilidad de presentar otro síndrome coronario agudo letal es muy baja.
Conclusiones
Encontramos 31 pacientes con prueba de esfuerzo positiva, de mal
pronóstico, 5 de ellos con clase funcional III, los cuales presentaron también
FEVI disminuida. La prueba de esfuerzo submáxima y el ecocardiograma bidimensional
constituyen herramientas de primera línea en la valoración pronóstica del
paciente con IAM, por su existencia en casi todos los centros hospitalarios,
bajo costo, poco o ningún riesgo, y ser fácil de realizar y reproducir.
Referencias bibliográficas
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performed after myocardial infarct really useful in improving prognosis?
Arguments in favor. Rev Esp Cardiol. 1998;51(7):533-40.
2. Killip T, Kimball JT. Treatment of myocardial
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J Cardiol. 1967;20(4):457-61.
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2003;56(3):303-13.
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Recibido:
19 de noviembre de 2008
Aceptado
para su publicación: 24 de abril de 2010